La Torre de Babel (en hebreo: מגדל בבל Migdal Babel; en griego antiguo Πύργος τῆς Βαβέλ, Pirgos tēs Babel) es una edificación clave en la tradición judío-cristiana, mencionada en el antiguo Testamento. Las principales interpretaciones del capítulo 11 del Génesis afirman que, con la construcción de la torre, los hombres pretendían alcanzar el Cielo.
La bíblica torre de Babel fue en realidad un zigurat, templo babilónico escalonado. En concreto, se identifica con el zigurat del templo de Marduk, en Babilonia. Cuando se levantó el minarete de la aljama de Samarra se hizo con la mirada puesta en las ruinas del zigurat de Marduk. Lo curioso del asunto es que cuando Brueghel "el viejo" quiso representar la torre de Babel lo hizo con un diseño que parece una perfecta síntesis de ambas construcciones, zigurat y minarete, pues de uno conserva la solidez de los niveles superpuestos, mientras que del otro adopta el cuerpo cónico rodeado de la rampa ascendente en forma de hélice, y todo ello vestido con la apariencia arquitectónica del Coliseo romano.
La fuerza simbólica de la hélice es evidente: su utilidad práctica como medio de ascender a la torre representa perfectamente la idea de ascensión a los cielos. El zigurat Construcción típica de la antigua Mesopotamia, en forma de pirámide escalonada, con una plataforma superior que se utilizaba para la observación de los astros y las prácticas rituales. A veces la planta era circular y el acceso se realizaba mediante una rampa en espiral. Los más famosos zigurats son los de Eridu, el de Ur y el de Babilonia construido durante la dinastía I (1594-1596) dedicado a Marduk.
Es posible, entonces, que la diferencia entre zigurat y torre babélica, siempre tan señalada, no hubiera sido tanto, o no hubiera existido. De algún modo, puesto que se trataba de una construcción que se apoyaba en la tierra y se alzaba hacia el cielo, cuestionaba la perfecta estructura jerárquica que mediaba entre los dioses y los humanos, estructura que cualquier edificio siempre ha puesto en jaque. La arquitectura siempre ha sido una muestra de orgullo. Dependiendo del valor que se otorgue a esta virtud (o este vicio), cambiará la consideración que la arquitectura suscite o merezca. El arte ha servido -y sirve- para que el hombre se crea un dios. Quizá sea inevitable. El destino de ambas construcciones fue, sin embargo, el mismo. Ambas cayeron, derribadas, en un caso por el tiempo, en otro por la divinidad furiosa por la arrogancia humana.
El zigurat y la torre de diferenciaban en que el zigurat era una escalera descendente y solo use usaba por la divinidad y la torre de Babel era una escalera que solo se subía. El zigurat es un lugar sagrado, como el Templo de Jerusalén. La Torre de Babel es un mercado. Siempre desde el punto de vista hebreo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario