sábado, 24 de agosto de 2013

Presencia de Ciro el grande en la biblia.

Isaías 45,1: Así dice Jehová a su ungido, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán". Ahí a Ciro se lo llama mesías, es decir, el ungido. La traducción griega de esa palabra hebrea, mashiach, es Christos, de donde deriva el término Cristo. Entonces, se puede afirmar que a ese antiguo rey persa lo llamaba Cristo.
Ciro II el Grande: Rey de Persia (550-529 aC). Era hijo de Cambises I, descendiente de Aquemenes (siglo VII a.C.) y miembro de la dinastía Aqueménida. Cuando en el 558 a.C. Ciro se convirtió en gobernante de Anzán, ésta estaba sometida a Media; cinco años después Ciro encabezó una rebelión contra los medas que dio como resultado la captura del rey Astiages y el final del Imperio meda (550 a.C.). Posteriormente, Ciro se nombró rey de Persia y rigió un territorio que se extendía desde el río Halys (actual Kizil Irmak) al oeste, hasta el Imperio babilónico al sur y al este. Babilonia, Egipto, Lidia y las ciudades-estado de Esparta en Grecia se asociaron para limitar el poder de Ciro, pero en el 546 a.C. Ciro derrotó a Creso, rey de Lidia, controlando Asia Menor. En el 539 a.C. Babilonia también cayó en manos de Ciro.
La biblia menciona a Ciro en sus libros, entre algunos de ellos están:
Isaías (capítulos 45,1) en este libro se le llama Ungido (Mesías) a Ciro. Esdras (capítulo 1 versículos 2-4) se presenta una versión del edicto de Ciro que pone fin el exilio judío en Babilonia.

Daniel posee varias referencias a Ciro; en 44:28 Yo digo de Ciro: "¡Mi pastor!" Él cumplirá toda mi voluntad, diciendo de Jerusalén: "¡Que sea reconstruida!", 2 Crónicas 36. 23 Esdras 1, 3 Esdras 5, 13 y del Templo: "¡Se pondrán tus cimientos!". En la biblia Ciro el grande era muy importante para Dios, pues él era el elegido por el para hacer su voluntad en la tierra, y por ello se menciona mucho en Daniel.
También lo llamaban Ciro el ungido del señor, hay algunos de los muchos textos donde lo mencionan lo veremos a continuación: 
45:1 Así habla el Señor a su ungido, a Ciro, a quien tomé de la mano derecha, para someter ante él a las naciones y desarmar a los reyes, para abrir ante él las puertas de las ciudades, de manera que no puedan cerrarse.
45:3 Te daré tesoros secretos y riquezas escondidas, para que sepas que yo soy el Señor, el que te llama por tu nombre, el Dios de Israel.
Llamarlo ¨instrumento de salvación¨ o ¨ el ungido por el señor¨ nos da a entender que Dios acudía a el cuando quería que hicieran su voluntad, y vio a Ciro como el elegido, quien tendría que dar a conocerlo al pueblo. Ciro era muy respetado por su pueblo.
Ciro el Grande figuras en la Biblia hebrea como el patrón y liberador de los judíos. Él es mencionado 23 veces por su nombre y se refirió a varias veces más. De estas declaraciones se desprende que Ciro el Grande, rey de Persia, era el monarca bajo cuyo cautiverio de la Judíos terminó, en el primer año de su reinado fue incitado por Dios para hacer un decreto que el Templo de Jerusalén debe ser reconstruidas y que tales Judíos como cuidados a que podría volver a su tierra para este propósito. Por otra parte, mostró su interés en el proyecto mediante el envío de vuelta con ellos los vasos sagrados que habían sido tomadas del Primer Templo y una suma considerable de dinero para comprar los materiales de construcción.

En el primer año de Ciro, rey de Persia, y para que se cumpliese la palabra de Jehovah por boca de Jeremías, Jehovah despertó el espíritu de Ciro, rey de Persia, quien hizo pregonar por todo su reino, oralmente y por escrito, diciendo: Así ha dicho Ciro, rey de Persia: “Jehovah, Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha comisionado para que le edifique un templo en Jerusalén, que está en Judá.  Quien haya entre vosotros de todo su pueblo, que su Dios sea con él, y suba a Jerusalén, que está en Judá, y edifique la casa de Jehovah Dios de Israel; él es el Dios que está en Jerusalén. Y a todo el que quede, en cualquier lugar donde habite, ayúdenle los hombres de su lugar con plata, oro, bienes y ganado, con ofrendas voluntarias, para la casa de Dios que está en Jerusalén.”
Ciro el gran re de Persia fue muy valorado por Dios y el valoro lo que Dios también le decía a el. Para que Dios se haya fijado en Ciro nos da a entender que el fue alguien que se supo ganar esa atención celestial.



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